SALIR DE UNA RELACIÓN DESTRUCTIVA
Lo siguientes son pasos que se pueden salir para salir de una relación destructiva. Ojo, no sólo aplica a relaciones de pareja, también sirven para quienes viven relaciones de violencia entre padres e hijos, amigos, familiares, etc.
Paso 1: Romper el silencio.
El primer paso es hablar. El silencio de una víctima de cualquier tipo de violencia es el principal aliado de su agresor.
Hay varios motivos por los que una persona maltratada no se atreve a hablar, uno de ellos es el miedo. El temor a desencadenar la ira del agresor es enorme, por lo cual es muy importante saber elegir a la persona a la que se va a confiar el problema. Debe ser alguien de confianza, que no sepamos que no va a contárselo a todo el mundo, alguien que sepa escuchar. Puede ser un amigo o un maestro, pero lo ideal, si se tiene posibilidad, es recurrir a un terapeuta.
Las agresiones físicas, en particular el abuso sexual, son un delito penado por la ley y deben ser denunciadas. Es muy importante conocer cómo funciona el sistema penal en la localidad. Cuando se denuncia un delito, las pruebas son indispensables para que el juez dicte una sentencia justa. Si una persona denuncia que fue golpeada cuando han desaparecido los moretones, es probable que no le crean; pero si lo hace inmediatamente después de la agresión, estará presentando pruebas. Los testigos son igualmente útiles: pueden ser los vecinos u otro integrante de la familia que esté dispuesto a declarar, o también un médico que haya realizado curaciones frecuentes.
Es importante saber que cuando se denuncia a un agresor ante la ley no sólo se está poniendo a salvo a uno mismo, sino que se está salvando a otras posibles víctimas (incluyendo a miembros de la propia familia como hijos o hermanos menores).
La dependencia económica puede ser un motivo por el que se siga conviviendo con el agresor, por lo tanto es necesario generar un plan en donde otros puedan brindar ayuda económica de manera temporal como irse a la casa de amigos o familiares.
Paso 2: Aumentar la autoestima.
Para liberarse de la dependencia que genera una relación destructiva es necesario elevar la autoestima. Hacer todo aquello que le devuelva la confianza en sí mismo: frecuentar amistades no abusivas, leer libros de autoestima, hacer ejercicio eligiendo un deporte que le guste o realizar aquello para lo que tiene aptitudes. Pero lo mejor es acudir a una terapia, algunas escuelas cuentan con apoyo psicológico, así como ciertas instituciones. Los grupos de apoyo, como los de jóvenes hijos de alcohólicos, son muy efectivos, además de gratuitos.
Muchas personas maltratadas creen que tienen la culpa de las agresiones que reciben. Es importante saber que no son culpables, es indispensable librarse de ese sentimiento de culpa para poder recuperar la autoestima.
Paso 3: Cortar comunicación con el agresor.
Cortar la comunicación con el agresor implica obviamente dejar de vivir con él. Ya vimos que hay que idear un plan para dejar la casa, incluso cuando se trata de menores de edad. En ocasiones esto parece sumamente difícil, ya que abandonar el hogar cuando se es económicamente dependiente genera angustia; pero hay que reconocer que se trata de un situación temporal y que una vez puesta a salvo la vida y la salud mental, se estará en condiciones de ganarse la vida.
Es muy importante no contestar mensajes o llamadas de parte del agresor, quien seguramente -al igual que en la fase de luna de miel- intentará que su víctima regrese de nuevo.
Paso 4: Buscar ayuda para resolver el problema de la dependencia.
La violencia genera dependencia emocional, por lo tanto es muy importante buscar ayuda psicológica para romper este esquema, de lo contrario se corre el riesgo de "engancharse" con otro abusador. Entre otras cosas, la terapia psicológica le enseñará al sobreviviente de una relación destructiva, a poner límites en las relaciones sin importar la necesidad de sentirse aceptado.
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