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jueves, 11 de julio de 2013

NO SUFRAS POR AMOR

Cuando pasas por alguna pelea con tu pareja, siempre hay gente bien intencionada que te dice que no sufras por amor, y claro, es una sugerencia muy razonable.


NO SUFRAS POR AMOR


"No sufras por amor" te dicen, porque todos sabemos que el amor es lindo, lleno de cosas bellas, armonía y pajaritos volando.

Pero como no sufrir por amor cuando estamos rodeados de mensajes que nos dicen que para tener amor hay que sufrir.

Desde los culebrones de la televisión hasta la literatura clásica, historias como Romeo y Julieta, o la pobre Sofía en Hamlet, todos contienen personajes en donde, antes de llegar al estado de felicidad ideal, las parejas tienen que pasar por un sin fin de obstáculos, pesares, pérdidas y sufrimiento.

Incluso en nuestra propia familia escuchamos frases como "el matrimonio es sacrificio" o "es normal que las parejas peleen".

En las telenovelas por ejemplo, en todos los personajes siempre hay un común denominador: el sufrimiento. Si se ama es implícito sufrir, los protagonistas siempre son personas distantes, aisladas entre sí, de diferentes niveles socioeconómicos, que deben sortear una gran cantidad de obstáculos para estar juntos y que, finalmente, tenían que vivir o sobrevivir a los triángulos o cuadrángulos amorosos, a los conflictos, las distancias, la lejanía, las persecusiones, la pobreza.

Parecería que en estos relatos no puede existir una historia de amor entre dos personas que se simplemente se quieran, se respeten y les vaya bien. No, parece ser que la consigna es: "Para amar, hay que sufrir".

Particularmente en la cultura mexicana, el sufrimiento por amor está muy arraigado en el pensamiento romántico de la población, a la que en general le parece normal que una pareja pelee, se grite, insulte o empuje, que haya celos y "escenas", que se separen y dejen de hablar, y que después de todo se vuelvan a reconciliar.

Irónicamente, estos ciclos de sufrimiento no son lo que la gente realmente quiere para sus vidas, nadie se empareja para sufrir; pero tampoco nadie les enseña cómo es una relación sin sufrimiento. Al contrario, cuando se presenta el primer grito o el primer empujón, muchos reciben comentarios en el sentido de que es normal que "a veces" pase, y de repente ese "a veces" se convierte en "casi siempre".

Cuando las parejas se dan cuenta de que su relación es un infierno, es porque ya han pasado por una buena dosis de sufrimiento, y eso por supuesto no los lleva a "ser felices por siempre" como en la televisión o las películas.

Aunque las parejas no desean realmente sufrir por amor, sí se compran la historia de que si superan todos los problemas unidos, serán felices. Y sí, es verdad que cada pareja pasa por momento difíciles en ocasiones; pero eso no implica que esos momentos difíciles contengan burlas, golpes, celos o descalificaciones.

Una relación de pareja claro que requiere trabajo, pero es eso: TRABAJO, y no sacrificio. Significa que la relación hay que construirla, saber que se quiere y hacia donde llegar, no que tengas que sacrificar tu personalidad, tu felicidad, tu autoestima, tu vida, para complacer a la otra persona.

Que no hay parejas perfectas, claro que no las hay, y particularmente en nuestra sociedad; pero si estamos conscientes de todos estos mitos que nos llevan a sufrir por amor, entonces podemos trabajar más para NO seguirlos reproduciendo en nuestras relaciones. ¿Y cómo se hace eso? Leyendo, informándote, acudiendo a talleres, analizando tu propia relación e identificando acciones violentas: ¿le grité? ¿me molesté por su forma de vestir? ¿lo a la callé en una conversación de amigos?

No es un trabajo fácil pero es posible, y si lo llevas a cabo te darás cuenta de que no es necesario sufrir para alcanzar el cielo, y entonces sí podrás hacer caso plenamente del consejo:

NO SUFRAS POR AMOR

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