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sábado, 15 de junio de 2013

MUJERES BUENAS MUJERES MALAS

Hace poco nos contaron de un incidente que ejemplifica claramente cómo etiquetamos a las mujeres como "mujeres buenas" o "mujeres malas", y en función de eso las juzgamos.


MUJERES BUENAS MUJERES MALAS


Tal pareciera que se debe entrar a fuerza en alguna de las dos categorías: "mujeres buenas", "mujeres malas". Y cuando entras en alguna de ellas ya no cuenta todo lo demás que hagas, y esto es así sin importar tu edad.

El caso fue que un niño en una escuela era molestado constantemente por dos niñas: le decían insultos en la escuela todos los días, y con el paso del tiempo comenzaron a enviarle mensajes ofensivos a su perfil de Facebook.

Cuando la madre del niño se enteró, habló inmediatamente con el maestro del grupo. También estuvo contando la historia a varias amigas y compañeras suyas para pedir consejo.

La primera reacción que tuvieron TODAS las mujeres a quienes la madre contó la historia, fue preguntar con cara de asombro: ¿en serio? ¿niñas? ¿seguro una niña? ¿no habrá sido un niño?

No hicieron ninguna mención a cómo estaba el niño o descalificación hacia el acto de abuso mismo, en cambio les sorprendía e indignaba que hubiera niñas diciendo malas palabras, y esto generaba a su vez insultos hacia ellas: "malditas mocosas", "condenadas escuinclas".

De repente una niña querida por su familia, con buenas calificaciones y que en apariencia se portaba medianamente bien en la escuela, pasaba a ser una "maldita" y una "condenada", es decir, se convertía en una "mujer mala". Y no se convertía en una mujer mala por haber abusado de otra persona, sino por hacer algo que sólo los hombres tienen permitido hacer: decir malas palabras.

Y es que como todos sabemos, las "mujeres buenas" deben ser finas y estéticas, agradables siempre en todo sentido, corteses y amorosas, porque el trato rudo corresponde sólo a los hombres. Y si te comportas como sólo los hombres tienen permitido, entonces te expones al reproche social.

No defiendo lo que hicieron estas niñas, de hecho ellas mismas iniciaron una ataque violento hacia su compañero de clase porque el niño no cubría el estereotipo de hombre. A diferencia del resto de chicos del grupo, el muchacho agredido era un niño agradable, cortés, que nunca decía groserías ni golpeaba a nadie, además de ser bueno en sus estudios.

Siendo educadas las niñas dentro de un sistema en donde los niños deben ser rudos o de lo contrario no son hombres de verdad, lanzaron sobre él una serie de insultos homófobos para tratar de descalificarlo como hombre: "gay", "puto". Estamos hablando de niñas entre 9 y 12 años.

El chico a su vez, al no saber qué hacer ante las agresiones, imitó lo que hacían sus compañeros: devolver los insultos con palabras que atacan a las "mujeres malas": "bruja", "maldita". La niña le decía "gay", él contestaba "tu mamá". Y ante estos ataques la niña le espetaba: No te quieras a parecer D y L, como diciendo: Tú no eres un hombre de verdad, no tienes derecho a parecerte a quienes sí lo son. ¿Y quienes son estos hombres de verdad? Los niños que sí la insultan a ella cuando se porta como "mujer mala" y que la ponen así "en su lugar" (o tratan de hacerlo).

Es realmente terrible darse cuenta de cómo a tan corta edad estos niños ya están reproduciendo la violencia sexista en sus relaciones, y que piensen que lo "normal" es actuar de forma violenta.

Terrible que una niña piense que lo correcto es que la llamen "condenada" y "maldita", porque claro, ella está asumiendo las consecuencias de no ser una "mujer buena". ¿Quién querría ser una mujer buena si son las mujeres malas las que realmente son activas en la escena? Al convertirse en una mujer mala, ella se ganaba algunos descalificativos, pero irónicamente esa pose "masculina" le permitía ser líder del grupo e imponerse a los demás.

Esa es precisamente también una de las razones de los ataques de la niña, porque el niño al que ella identificaba con la parte perdedora de lo femenino, ese que se portaba como las "mujeres buenas" deben hacerlo, se ganaba precisamente la simpatía de las "mujeres buenas", las otras niñas del salón que se portaban como el mundo esperaba que se portaran según su sexo: amables y tranquilas. Y seguramente esas "mujeres buenas" no tratarían bien a la chica agresiva, precisamente por ser "mujer mala". Exactamente el mismo juicio que hicieron las adultas cuando supieron la historia.

Es es el sistema sexista que identifica lo masculino con lo violento y lo femenino como sometido a lo masculino, el genera esta clase de relaciones violentas, complicadas y contradictorias. Todos quieres seguir su papel porque les enseñaron que es lo correcto, al mismo tiempo nadie quiere ser perdedor (en este sistema lo femenino pierde), pero seguir el papel de ganador implica lastimar, y cuando lastimo a otros me duele también.

¿Cómo cambiar el sistema? ¿Cómo enseñar a los niños y las niñas a seguir reglas diferentes? ¿Cómo enseñarles que no es necesario violentar para ser líder?

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