LA CONDUCTA VIOLENTA

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La conducta violenta no es biológica ni normal como algunos creen.

Por el contrario, la conducta violenta es aprendida: se aprende en el hogar, en la escuela, en los medios. Todos estamos expuestos a la conducta violenta.

En alguna ocasión, un chico comentaba que la conducta violenta es "biológicamente innata al ser humano". Después de todo siempre ha habido guerras, asaltos, suicidios; sin embargo, los estudios sociales nos dicen otra cosa.

Si bien es cierto que el ser humano ha evolucionado para tener reacciones violentas que le permiten protegerse bajo ciertas circunstancias (una amenaza de muerte inminente contra la que haya que luchar, como el ataque de una bestia por ejemplo); la verdad es que la conducta violenta es condicionada por los referentes socioculturales.

La violencia estructural (la vinculada a desigualdad económica, social, étnico, religiosa, etc.) y la social (homicidios, suicidios, violaciones, robos, etc.); son las que nos sumergen en ese ambiente en donde todo es violencia. No es de extrañar que estos patrones se repitan también al interior de la familia.

De hecho, una causante estructural de la violencia familiar es la desigualdad social entre géneros, que se refleja en la estructura jerárquica de la familia en donde el varón es el jefe de familia y la mujer junto con los hijos son subordinados. Así pues, en estas familias se sigue una forma de vida en donde hay agresión de parte del padre hacia la madre y de ambos hacia los hijos.

Otro factor estructural que fomenta la conducta violenta es la pobreza. Aunque evidentemente no todos los hombres o mujeres pobres son violentos, una familia pobre inmersa en una dinámica de violencia es mucho más agresiva en sus relaciones.

Los valores y creencias de la sociedad también fomentan la conducta violenta a nivel familiar. La aceptación incuestionable de ciertas prescripciones culturales predominantes son el inicio de relaciones desiguales entre los sexos. Como por ejemplo aceptar como un hecho que las mujeres deben casarse y dedicarse a la vida doméstica y que los hombres sólo pueden actuar como proveedores.

Cabe destacar que los valores y creencias de hombres y mujeres se refuerzan a través de la escuela, el trabajo, la familia, el vecindario, etc. De ahí que la conducta violenta se vincule a diferentes esferas de la vida social.

Quizá la amplia aceptación de estas estructuras dominantes, sea lo que nos lleve a "sentir" la conducta violenta como un fenómeno natural o biológico; pero definitivamente nuestras conductas cambian al modificarse las estructuras sociales. Si en mi casa, en mi escuela y dentro de mi grupo de amigos los golpes se sancionan, entonces yo también evitaré los golpes.