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viernes, 13 de marzo de 2009

DESIGUALDADES DE GÉNERO

Las desigualdades de género provocan la violencia en las relaciones de pareja.

DESIGUALDADES DE GÉNERO


Para entender, he aquí un ejemplo sobre desigualdades de género:

"Los mismos actos que se castigarían si estuvieran dirigidos a un empleador, un vecino o un conocido, no se cuestionan si proceden de un hombre contra una mujer, especialmente dentro de la familia".

Population Information Program, Volumen XXVII, Número 4, diciembre, 1999.


Nacemos y vivimos todos los días inmersos en una cultura que regula muchos aspectos de nuestro quehacer como seres humanos sin que tengamos la necesidad de preguntar por qué hacemos las cosas de cierta manera y no de otra. Y si preguntáramos cuál es la razón de ser de estos actos cotidianos la gran mayoría de las personas respondería "porque así es...".

Entre los aspectos básicos de la cultura, y uno de los menos cuestionados, encontramos las relaciones de género, es decir, las actitudes y comportamientos que estructuran las formas en que se relacionan las mujeres y los hombres dentro de una sociedad.

Aprendimos desde muy pequeños, que las mujeres deben comportarse de cierta manera y los hombres de otra: por ejemplo, cuando decimos a un niño que llorar es "portarse como una niña", o cuando regañamos a una niña que subió a un árbol por ser "marimacha". Siguen estas lecciones en la escuela, en donde el libro de texto de matemáticas utiliza solamente ejemplos de niños varones y en donde la ilustración de una familia feliz muestra a la madre en la cocina y el padre llegando de su oficina.

Estas desigualdades de género las encontramos en todas partes.

¿Por qué no puede un niño expresar sus sentimientos? ¿Por qué una niña no puede llegar a ser matemática? La respuesta no tiene que ver con las diferencias biológicas entre personas de uno u otro sexo, sino con las expectativas sociales que definen claramente las características que "debe" tener una mujer (niña) o un hombre (niño).

Y como hemos descubierto todos en algún momento, salirse de estos patrones de comportamiento adecuado implica tener que aguantar alguna de las muchas manera en que la sociedad expresa su rechazo. Basta pensar en cómo reaccionan los amigos de un niño que prefiere leer a jugar fútbol, o en cómo responden los padres de una adolescente que quiere raparse, para empezar a ver lo definido que están los roles de genero.

Ya como adultos, hemos aprendido estas reglas invisibles de comportamiento, a tal grado que se convierten en nuestras propias expectativas: guían lo que hacemos y lo que esperamos de los demás incluyendo a nuestros propios hijos e hijas.

Y aunque las maneras específicas en que un hombre expresa su masculinidad, o una mujer su feminidad, pueden variar según su clase, raza, nivel socioeconómico, etcétera, también pueden cambiar a lo largo del tiempo; un elemento común que permanece es la desigualdad de poder inherente en ellas.

Existe una valoración de lo que hacen las personas de cada sexo: lo que hacen los hombres tiene valor y lo que hacen las mujeres no lo tiene, los hombres mandan y las mujeres obedecen. Las diferencias biológicas entre los sexos se convierten en desigualdades profundas, de oportunidad y de poder.

El problema de la violencia contra las mujeres empieza con esa desigualdad de poder implícita en las relaciones entre mujeres y hombres.

Cuando un hombre ha vivido toda su vida asumiendo que sus necesidades, opiniones y juicios son los únicos que cuentan, la situación muchas veces resulta en la utilización de distintas estrategias para imponer el mando masculino.

En ese sentido, podemos ver la violencia que perpetúan los hombres en contra de las mujeres como un recurso utilizado con frecuencia y legitimidao por la sociedad y sus instituciones, para retener y reforzar el poder y el control masculino.

La violencia contra las mujeres es también conocida como la violencia de género o la violencia basada en el género.

Mientas que la palabra sexo refiere a las características biológicas que distinguen a los hombres y las mujeres, el concepto de género refiere a las maneras en que hombres y mujeres construimos nuestras identidades -incluidos los comportamientos, las actitudes, los valores y por lo tanto, las maneras de relacionarse con otras personas- con base en lo que la cultura dice que "debe ser" un hombre o una mujer.

Los hombres agreden a las mujeres porque la sociedad e incluso las leyes lo permiten y lo promueven. Las mujeres muchas veces aguantamos el maltrato, porque ser dóciles, sumisas y pasivas, es lo que la cultura dice que debemos ser. Pero las cosas están cambiando, aunque más lentamente de lo que quisiéramos. Aprendamos a defender nuestros derechos.

NO A LAS DESIGUALDADES DE GÉNERO !!!

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