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viernes, 28 de mayo de 2010

LA ABLACIÓN FEMENINA

LA ABLACIÓN FEMENINA

La ablación femenina o circuncisión femenina, es un ritual en el que se corta parte de los genitales externos de la mujer.


Aunque la ablación femenina es considerada por algunos grupos como una tradición, lo cierto es que esta costumbre es causa de la muerte de muchas mujeres, además del sufrimiento que conlleva al hacerse sin ningún tipo de anestesia ni higiene.

En 1993 cuando se aprobó la Declaración de Naciones Unidas sobre la Eliminación de Violencia contra la Mujer, se estableció que la violencia que tiene lugar en el marco de la vida privada debe ser sancionada. Y que los Estados no pueden "invocar ninguna costumbre, tradición o consideración religiosa para eludir su obligación".

Dentro de la violencia ejercida en el ámbito de la vida privada, también se tipificaron prácticas sumamente dolorosas y traumáticas que pueden llevar a la muerte como es el caso de la ablación femenina, mejor conocida como circuncisión femenina.

Según la Organización Mundial de la Salud, la mutilación genital femenina es la ablación o eliminación de tejido de cualquier parte de los genitales femeninos por razones culturales, religiosas o cualquier otra no médica. Aproximadamente 135 millones de mujeres en el mundo son sometidas a la ablación femenina y cerca de 2 millones de niñas y adolescentes son obligadas a pasar por esta "operación".

La mayor parte de las afectadas reside en África, aunque también se han reportado casos en Medio Oriente, Asia e incluso Europa.

Originalmente, la mutilación genital femenina se practicaba como un rito de iniciación a la edad adulta, con el objetivo de disminuir el deseo sexual y así lograr que las jóvenes se mantuvieran vírgenes hasta llegar al matrimonio. La práctica en niñas era mucho menor que actualmente, pero en los últimos años se ha implementado la costumbre de reducir cada vez más la edad para evitar que las mujeres cuestionen el rito.

La ablación femenina es sumamente dolorosa, se practica sin anestesia, en lugares precarios sin ninguna higiene. Para cortar suelen usarse piedras, cristales o cuchillos sin desinfectar. La operaciones son diversas, en algunas sólo se corta el clítoris; en otras, parte de los labios mayores o menores. La más agresiva se conoce con el nombre de infibulación, en donde se extirpa el clítoris, los labios menores y mayores, posteriormente se cosen ambos lados de la vulva para cerrar la herida y únicamente se deja un pequeño orificio para que puedan salir la orina y el sangrado menstrual.

Muchas mujeres mueren desangradas durante el proceso de mutilación o por las infecciones posteriores. En el caso de la infibulación, cuando las mujeres llegan al matrimonio, si el orificio es demasiado estrecho para ser penetradas, el novio corta con un cuchillo. Además, la circuncisión femenina conlleva también a problemas durante el parto como hemorragias o la pérdida del bebé.

Entre las mujeres africanas, la mutilación genital femenina es un tema tabú, está prohibido hablar de ello; sin embargo muchas piensan que su práctica las hace limpias y puras. La mayoría se somete al procedimiento, pues sin él difícilmente podrán llegar a casarse lo cual implica una persona más que tiene que ser alimentada dentro de una familia pobre y sin recursos.

Aún así, se estima que con la correcta formación cultural la práctica de la ablación femenina podría erradicarse en sólo una generación.

La mutilación genital femenina es una forma extrema de violencia, pero comparte el mismo principio del que parten agresiones leves hacia la mujer: que la mujer es un objeto de pertenencia hacia el hombre, en donde ella no tiene control ni de su cuerpo ni de su propia conducta.

En todo caso, si una demostración de extrema violencia hacia la mujer como lo es la ablación femenina puede eliminarse en una generación, con mayor razón deben erradicarse el resto de las conductas violentas.

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