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martes, 7 de abril de 2009

VISIÓN DE GÉNERO

La violencia familiar se estudia desde tres perspectivas, pero sólo una tiene visión de género.


VISIÓN DE GÉNERO


Visión de género implica NO ignorar el papel que la sociedad asigna a hombres y mujeres al momento de abordar un problema.

Por ejemplo, al hablar sobre la violencia doméstica no podemos ignorar que los hombres tienen mayor poder sobre las mujeres en el núcleo familiar, o que se esperar que las mujeres se dediquen 100% al cuidado de todos los miembros de la familia, aún los miembros adultos. Esas cuestiones sólo se pueden abordar cuando incluimos la visión de género.

En este caso, compararemos tres formas de explicar la violencia doméstica: la explicación biológica, la explicación psicológica, y la visión de género.

¿Cómo entender el por qué un hombre decide golpear, maltratar, humillar, desvalorizar, abusar, violar, ignorar, insultar o matar a una persona por el solo hecho de ser mujer?

Muchas veces se ofrecen como explicación para la violencia familiar factores como el alcoholismo, la drogadicción, un bajo nivel de estudios o la falta de empleo. Pero no todos los hombres que beben alcohol, usan drogas, que son analfabetas o que no tienen trabajo maltratan a sus compañeras; aunque estos factores pueden ayudar a desinhibir la conducta abusiva o hacerla más peligrosa en los hombres agresores.

En este apartado vamos a retomar tres de las explicaciones más comunes sobre la violencia familiar, a saber: la perspectiva biológica, la psicológica y la perspectiva de género.

1. La perspectiva biológica


Desde la biología se ha definido la violencia como "una respuesta de supervivencia de un individuo u organismo a su medio ambiente". Desde esta visión se considera que los hombres nacen con genes que permean y originan su naturaleza agresiva y por tanto desarrollan un cuerpo y una fuerza superior a la de las mujeres, por lo que la violencia se convierte en un mecanismo innato para su sobrevivencia.

Por otra parte, esta perspectiva considera que las mujeres son "naturalmente débiles o enfermas" por el hecho de menstruar o embarazarse. Tan es así, que al referise a una mujer que ha dado a luz, comúnmente se dice "ya se alivió" como si hubiera estado aquejada por alguna enfermedad.

Es por ello que en sociedades como la nuestra, a las mujeres se les considera inhábiles o inferiores, y a los hombres se los considera "naturalmente" dotados de salud y fortaleza física. Según esta expliación, tal pareciera que los hombres están destinados a controlar "la naturaleza" de la mujer y que son el modelo a seguir porque ellos "sobrepasan lo natural".

Si hay una predisposición innata para agredir a otras u otros cuando se actúa para garantizar la supervivencia ¿por qué la violencia es selectiva y se orienta al logro de determinados objetivos? ¿Por qué los hombres no manifiestan su ser agresivo en todos los lugares y momentos? ¿Por qué no se revelan contra personas a las que le reconocen mayor fuerza, poder o autoridad? Las respuestas a estas preguntas han dejado sin fundamento esta teoría, pero aún no erradican en su totalidad muchas de las concepciones que le dieran vigencia y que siguen permeando la visión de ciertos sectores sociales.

Esta perspectiva no toma en consideración el proceso de socialización al que se someten los seres humanos desde el nacimiento hasta la muerte y los factores cognitivos presentes en su proceso de desarrollo. No deja claro, por ejemplo, por qué algunos hombres deciden relacionarse de manera violenta mientras que otros optan por estabecer relaciones familiares y de pareja basadas en el respeto, la solidaridad, el cuidado y el amor.

2. La perspectiva psicológica

Algunas corrientes psicológicas plantean que la violencia de los hombres es producto de una "disfunción psicológica que los hace sentir vulnerables, inseguros y con baja autoestima, lo que tienen que compensar mediante la violencia al enfrentarse con la mujer para afirmarse en su valor".

Quienes sostienen esta teoría argumentan que la violencia está asociada a las condiciones sociales y/o afectivas a las que se haya enfrentado el hombre en su proceso de crecimiento y desarrollo. Se enuncian como causas para explicar esta problemática que no les hayan brindado seguridad y confianza en su infancia, si presenció violencia en su entorno familiar o cercano, si fue acosado o abusado sexualmente, si no aprendió un manejo adecuado de la ira, el enojo o la frustración.

Según esta visión, de lo anterior se genera un trauma cuya forma expresa es la reproducción del modelo de relación violento, por lo que se entiende y justifica que los hombres se conviertan en agresores a partir del aprendizaje o la experiencia obtenida.

Se explica que el hombre "pierde el control" de manera involuntaria, y reacciona violentamente sin pensar en las consecuencias o el daño que sus acciones pueden causar. Pero ¿por qué hay hombres agresores que en su infancia no vivieron ni sufrieron violencia? ¿Por qué hay hombres golpeadores que nunca fueron golpeados? ¿Por qué hay mujeres que habiendo vivido en su infancia en un ambiente violento no se convierten en agresoras? Aunque esta perspectiva explica parte de la problemática, deja de lado otros factores sociales y culturales que sustentan la conducta violenta.

3. Visión de género

De acuerdo a esta visión, en el discurso patriarcal se asume que el problema de violencia familiar en un asunto privado dado que tiene lugar en el ámbito del hogar. El hogar es considerado el recinto íntimo, exclusivo de la jurisdicción del "jefe", mismo que tradicionalmente es un hombre. Lo que ocurre dentro de él es consideradio un asunto personal, en el que las instancias públicas no tienen derecho a meterse.

Esta separación de lo público y lo privado impidió durante mucho tiempo la reflexión colectiva sobre el problema de la violencia familiar, un asunto aparentemente privado que en realidad es un grave problema social. Las relaciones dentro del hogar son un reflejo del ordenamiento jerárquico entre los géneros que se observa en toda la sociedad.

Esta reflexión ha trascendido el ámbito doméstico para abordar el tema de la violencia contra la mujer como un problema social, en el que la violencia familiar es sólo una de sus manifestaciones.

Como se ha visto, múltiples son los factores que se han identificado como causales de la violencia contra las mujeres. Sus raíces pueden encontrase en las instituciones encargadas de transmitir los valores socialmente aceptados, ya que son las que inculcan roles difereenteciados para hombres y mujeres: la escuela, la familia, la religión, la comunidad, las políticas sociales, económicas, legislativas, etc. En la mayoría de las sociedades, estas instituciones impulsan y sostienen creencias y prácticas culturales que valorizan al hombre y menoscaban la autonomía e independencia de las mujeres, fomentándose así la violencia que se ejerce contra ellas.

El desbalance de poder entre los géneros es lo que se ha identificado como causa fundamental de esta problemática, ya que las inequidades existentes permiten y facilitan prácticas agresivas y violentas de los hombres hacia las mujeres. La violencia contra las mujeres es percibida aún como un hecho del ámbito de lo privado, que hay que ocultar y silencia: "lo que no se nombra no existe". Cuando se denuncia, se explica o justifica con argumentos que no cuestionan al agresor, sino que que tiende a culpabilizar a la mujer agredida.

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